1 kg de harina,
80 g de levadura prensada,
1/2 l de leche templada,
430 g de azúcar,
450 g de mantequilla,
un pellizco de sal,
2 huevos
1-2 cucharadas de canela molida,
1/2 taza de agua azucarada
Para la bandeja del horno: mantequilla o margarina
Engrasar dos bandejas de horno.
Tamizar la harina en una fuente y hacer un hoyo en el centro.
Desmenuzar en él la levadura y trabajarla con un poco de leche, un poco de azúcar y un poco de harina.
Dejar fermentar 15 minutos la masa tapada.
Derretir 200 g de mantequilla, colocar el resto en el frigorífico.
Incorporar a la masa previa 125 g de azúcar, la sal, los huevos, la mantequilla derretida y el resto de la leche y trabajar
todo junto con el resto de la harina hasta obtener una masa fermentada.
Dejar fermentar 15 minutos.
Mezclar el resto del azúcar con la canela.
Extender la masa fermentada de forma que tenga 1 cm de espesor, colocarla sobre la bandeja del horno y dejar fermentar
otros 15 minutos.
Calentar el horno a 190°.
Hacer pequeños hoyos en la masa y colocar en ellos la mantequilla fría en trocitos.
Espolvorear la mantequilla con una capa de azúcar y canela. Cocer el pastel 25 minutos a altura media del horno. Salpicar
con el agua azucarada el pastel todavía caliente. Dejar enfriar y cortar en tiras finas.
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