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4 huevos,
250 g de azúcar en polvo,
un pellizco de sal,
3 bolsitas de vainilla en polvo,
300 g de harina,
1 cucharada de anís molido
Para la bandeja de horno: mantequilla o margarina y harina
Engrasar una o dos bandejas de horno y espolvorear con harina.
Separar las yemas de las claras de los huevos.
Batir las yemas con el azúcar, la sal y la vainilla, a ser posible con el batidor de mano, hasta conseguir una masa espumosa.
Batir las claras a punto de nieve y mezclar con la masa de las yemas.
Mezclar la harina tamizada con el anís e incorporar de abajo arriba a la masa espumosa.
Introducir la masa en una manga pastelera con la boquilla redondeada y formar sobre la bandeja del horno pastas del tamaño
de una moneda.
Dejar secar durante la noche a temperatura ambiente. Calentar el horno a 160º.
Cocer las pastas tapadas con papel barba durante 20-25 minutos.
No abrir el horno en los primeros 20 minutos.
Observar sólo en los últimos 10 minutos: las pastas están hechas cuando la parte inferior empieza a dorarse pero la parte
superior continúa casi blanca.
Dejar enfriar.
Dejar reposar las pastas durante 2-3 semanas para que se ablanden.
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