80 g de mantequilla o margarina,
50 g de azúcar,
1 huevo,
2 cucharadas de ron.
250 g de harina,
5 cucharadas de leche,
un pellizco de sal,
1/2 taza de azúcar en polvo
Para freír: 1 l de aceite o 1 kg de manteca
Derretir la mantequilla o margarina, retirar del fuego y batir con el azúcar, el huevo y el ron hasta conseguir una masa
espumosa.
Tamizar la harina en una fuente, hacer un hoyo en el centro e incorporar en él la leche, la sal y la masa de mantequilla
y azúcar.
Trabajar todo hasta conseguir una masa moldeable.
Calentar el aceite a 180°.
Extender la masa sobre una superficie enharinada de forma
que tenga 3 mm de espesor y cortar rombos de 6 cm de lado con una rueda para cortar pastas.
Meter 6-8 rombos cada vez en el aceite caliente y freír 4-5 minutos hasta que estén dorados.
Darles la vuelta con una espumadera.
Sacar los rombos del aceite con una espumadera cuando ya estén fritos y dejarlos escurrir en papel absorbente. Tamizar
azúcar en polvo sobre los rombos todavía calientes.
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