1/4 l de agua,
60 g de mantequilla,
un pellizco de sal,
150 g de harina,
3-4 huevos
150 g de azúcar en polvo,
3 cucharadas de ron
Para freír: 1 l de aceite o 1 kg de manteca
Para trabajar la masa: papel barba y aceite
Untar con aceite un papel barba que se pueda meter en la sartén o la freidora.
Cocer el agua con la mantequilla y la sal y echar de una vez la harina tamizada.
Remover la masa hasta que se desprenda del fondo de la cacerola y forme una bola.
Pasar la bola a una fuente, dejar que se enfríe un poco y añadir los huevos uno a uno.
Calentar el aceite a 175º.
Introducir la masa cocida en una manga pastelera con boquilla estrellada y hacer rosquillas no muy grandes sobre el papel
barba.
Meter en el aceite el papel con los bollos —los bollos hacia abajo—.
Retirar el papel cuando se hayan desprendido las rosquillas.
Freír por ambos lados hasta que estén dorados.
Dejar escurrir sobre papel absorbente.
Mezclar el azúcar en polvo con el ron y una cucharada de agua y cubrir los bollos con una fina capa de este baño.
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