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200 g de mantequilla,
100 g de azúcar,
2 yemas de huevo,
el interior de una vaina de vainilla,
un pellizco de sal,
300 g de harina,
80 g de avellanas molidas
1/2 taza de azúcar en polvo,
150 g de mermelada de grosellas
Amasar la mantequilla con el azúcar, las yemas de huevo, la vainilla y la sal sobre una superficie lisa.
Tamizar encima la harina, esparcir las avellanas y trabajar todo hasta conseguir una masa quebrada.
Dejar reposar la masa envuelta en papel de aluminio durante 2 horas en el frigorífico.
Calentar el horno a 200º.
Formar con la masa un cilindro alargado, cortar discos regulares, hacerlos bolas y hacer en cada una de ellas un pequeño
hoyo en el centro.
Colocar las pastas sobre una bandeja de horno y cocer durante 15-20 minutos a altura media.
Retirar las pastas de la bandeja del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
Cubrirlas con el azúcar en polvo tamizada.
Calentar la mermelada y rellenar con ella los hoyos de cada pasta.
Dejar que la mermelada se seque bien durante 1-2 días antes de guardar los bollos en una caja.
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