500 g de harina,
30 g de levadura prensada,
1/4 l de leche templada,
50 g de mantequilla o margarina,
50 g de azúcar,
1/2 cucharadita de sal,
la corteza rallada de 1/2 limón,
2 huevos
100 g de masa cruda de mazapán,
80 g de azúcar en polvo,
1 clara de huevo,
1 cucharada de ron
Para los moldes: mantequilla o margarina
Untar con mantequilla o margarina dos moldes semicilíndricos.
Tamizar la harina sobre una fuente, hacer un hoyo en el centro, echar en él la levadura desmenuzada y mezclarla con la
leche y un poco de harina.
Espolvorear la masa previa obtenida con un poco de harina y dejarla fermentar tapada 15 minutos en un lugar caliente.
Derretir la mantequilla o margarina.
Mezclar con ella el azúcar, la sal, la ralladura de limón y los huevos, agregar a la masa previa y trabajar todo ello
con el total de la harina hasta obtener una masa seca. Batir la masa hasta que suelte burbujas y luego dejarla fermentar de
nuevo, tapada. 15 minutos.
Sobre una superficie enharinada, formar dos rollos iguales con la masa fermentada, meter éstos en los moldes y dejar que
suba la masa hasta el doble de su volumen.
Calentar el horno a 220ºC.
Cocer la masa bien subida 25-35 minutos en la parte baja del horno, hasta que se dore.
Volcar ambos pasteles sobre una rejilla y dejar que se enfríen durante la noche.
Calentar el horno a 200°.
Cortar los pasteles enfriados en rebanadas igual de gruesas, ponerlas sobre una bandeja de horno y tostarlas por una cara
5 minutos a altura media hasta que tomen color amarillo claro.
Luego dejar que se enfríen.
Mezclar la masa de mazapán con el azúcar en polvo tamizada, la clara y el ron, formando una pasta que se pueda untar.
Extender esta pasta almendrada sobre la cara no tostada de las rebanadas y dejar que se dore ligeramente bajo el grill.
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